Un lugar para sentarse
El Cairo, como toda ciudad que se precie, est谩 plagado de asientos. En los paseos a la orilla del Nilo, en los caf茅s donde se toma t茅, en los autobuses llenos de gente y los taxis compartidos, nunca falta un espacio donde renunciar a estar parado.
Pero cuando hablo de un lugar para sentarse no me refiero a sillas ni a bancos. Hablo de esos rincones que uno busca en esta rutina de constante movimiento para detenerse y tirar el ancla por unos minutos, hasta que la culpa de estar quietos nos obligue nuevamente a caminar.
Tras seis meses de vivir en la capital egipcia encontr茅 uno de estos lugares en el inmenso patio de la mezquita de Ibn Tulun. Dir谩n que tard茅 demasiado, pero no es f谩cil hallar un sitio donde hacer un alto y ver pasar la vida por unos instantes. Estos par茅ntesis espaciales de las corridas temporales deben reunir ciertas caracter铆sticas...
El primer lugar para sentarme lo "fund茅" en mi adolescencia, 茅poca en la que uno busca absolutamente todo, desde asientos hasta identidades.
Era un monumento que se erig铆a en lo alto de una plaza p煤blica en Buenos Aires (no recuerdo el nombre del pr贸cer inmortalizado en la escultura) con una vista magn铆fica a las avenidas Libertador y Figueroa Alcorta y un peque帽o sendero que bordeaba la embajada brit谩nica y terminaba, tras mucho caminar, en la plaza de La Recoleta.
All铆 me escapaba por las tardes a leer, ver chicas en mini-falda, tomar sol, divagar sobre todo lo que hab铆a aprendido de la vida y trazar el rumbo que habr铆an de tomar mis pasos. De m谩s estar decir que no sab铆a nada de la vida y que sab铆a menos a煤n de lo que me esperaba.
Como ese fue el sitio fundacional, siempre he pensado que estos lugares para sentarse deben estar al aire libre, corriente ideol贸gica que choca de frente con aquellos que ubican estos espacios de reflexi贸n en la mesa de un caf茅 o en la barra de un bar, viendo pasar la gente por la ventana entre las nubes que forman los cigarrillos.
Contra esta ideolog铆a del espacio cerrado -plagado de voces y ruidos tazas que chocan con cucharas- levanto adem谩s la bandera del silencio, no absoluto, porque sabemos que eso es imposible, pero al menos manejable.
La calma es necesaria para escuchar a todas esas voces que se han ido congregando con los d铆as en nuestra cabeza, manifest谩ndose en masa para ser escuchadas entre tanta alarma de despertador y llamados de tel茅fono.
La mezquita de Ibn Tulun es uno de los pocos sitios p煤blicos donde uno puede estar en silencio en la ruidosa din谩mica del Cairo. Pertenece al
lado "B" de los lugares, esos sitios de los que ya hemos hablado con anterioridad que no est谩n primeros en la lista de prioridades de las agencias de turismo.
Son esos monumentos, paseos o templos que s贸lo visitamos si vivimos en la ciudad por un tiempo prolongado. Nadie encontrar谩 en una gu铆a de Egipto el consejo -o la orden- de no perderse las Pir谩mides, el Museo Egipcio y la Mezquita de Ibn Tulun.
(Hay que agregar que la ausencia de masas de turistas colabora para que el inmenso patio de la mezquita califique como un lugar para sentarse).
Fue construida entre el 876 y el 879 de nuestra 茅poca por Ibn Tulun, que fue enviado desde el califato de Bagdad al Cairo en el siglo IX para gobernar esta naci贸n. Seg煤n la informaci贸n de mi gu铆a, que la menciona aunque no la destaca, su construcci贸n tom贸 como inspiraci贸n la Mezquita de Samarra en Irak y todo el templo ocupa unas dos hect谩reas y media.
Al se asciende por una escalera externa pero yo prefer铆 no subir, ya que antes hab铆a trepado al minarete de la mezquita vecina a la que confund铆 con Ibn Tulun. El error me permiti贸 al menos tomar una
del patio principal de mi errado destino.
En este espacio inmenso flanqueado por arcos y ocres uno puede sentarse a ver como el Sol se burla de los que se obstinan por seguir parados dibujando
de sus cuerpos erguidos.
Yo me sent茅 a descansar mientras mi hijo aprovechaba la ausencia de obst谩culos para
como un avi贸n que despega y da sus primeros pasos.
Y pens茅 en el 2008, en el trabajo que me esperaba con la gira de George Bush por Medio Oriente, en un viaje al desierto que quiero hacer antes de que comiencen las tormentas de arena, en la velocidad a la que crece mi hijo, en la necesidad de mi mujer de volver a Ecuador por unos meses, en las elecciones en Pakist谩n que tal vez viaje a cubrir en febrero y despu茅s en la nada...
Al rato lleg贸 la prisa, el toque de Diana, la necesidad de alistarse nuevamente y marchar erguido, un, dos, tres, un dos, tres, correr a Joaqu铆n, llamar a
Sad para que nos recoja con el taxi, planear la cena y preparar la mochila para ir a la oficina al otro d铆a.
Pero por unos minutos, en esta ciudad que nunca se detiene, yo me hab铆a detenido.
Nadie, ni siquiera la culpa y el apuro, me podr谩n quitar ya mi lugar para sentarme en El Cairo.
Y ustedes 驴Tienen un lugar para sentarse?
Si quieren ver m谩s fotos de Ibn Tulun pueden hacerlo en el espacio que hemos abierto con 成人快手 Mundo en Flickr,
ComentariosA帽ada su comentario
yo tengo mi lugar y hasta ahora que lo mencionas no me hab铆a dado cuenta, ese lugar en donde se piensa y se est谩... no es el de siempre, este ha cambiado conforme han cambiado los lugares que frecuento... aunque mi lugar de este momento es una cafeter铆a, en una terraza al aire libre, no s茅 como lo tom茅, no s茅 como lo encontr茅, mucho menos se desde cuando, aunque no ser铆a dificil deducirlo.
Hola Matias, me gusta bastante leer tu blog.
Cuando vivia en Merida (Vzl) solia tener ese sitio, aunque no iba si acaso 4 veces al a帽o. Era un rincon de la catedral, y mira que no soy religiosa, pero solia ir alli con mi mama de peque帽a, asi que eso se quedo conmigo siempre.
Ahora que vivo en Canada, aun no lo he encontrado. Quizas deba buscarlo al aire libre como tu hiciste, pero ya sera en Mayo, ahora esta un poco frio para quedarse afuera :)
Mat铆as desde hace ya algunos a帽os he seguido tu ejercicio comunicacional,es interesante leer tus blog porque tu relato no es empalagoso sino que ameno,se puede apreciar de que compartes tus labores junto a tu esposa e hijo.Es necesario que hagamos un alto en el camino del quehacer diario,transmutar lo negativo y volver a energizarse,en lo personal me agrada visitar una campi帽a parecida a las de Londres y caminar descalza,es decir hacer contacto con la madre tierra y sus dem谩s elementos que nos acompa帽an al aire libre,visitar iglesias tambi茅n lo realiza cualquiera sea su denominaci贸n lo que cambia es el nombre de Dios pero la espiritualidad es la misma.
惭补迟铆补蝉,
Una suerte de que lo hayan asignado a un lugar cargado de historia y peculiaridades...
Saludos, desde Lima, Per煤
Me encanta leer tu blog y el de hoy especialmente! He necesitado de esos espacios desde ni帽a, aunque han cambiado continuamente. Los hay abiertos (me encanta "malgastar" el tiempo en la playa, en un parque, en un caminito...) y los hay cerrados (esas cafeter铆as m谩s o menos tranquilas) ya que soy capaz de asimilar el ruido de voces y cucharillas hasta abstraerme de 茅l. El m谩s especial? La ba帽era! Como si despu茅s de un buen rato de reflexi贸n las preocupaciones pudieran disolverse en el agua y, al tirar luego del tap贸n, irse por el desag眉e.
隆Que grato relato! Hoy en d铆a vivimos en ciudades tan convulsionadas que nos cuesta deternernos un momento. Vivo en Caracas y en aqui es d铆ficil encontrar un lugar donde sentarse, especialmente al aire libre los cuales coincido en decir que son los mejores, y m谩s a煤n una persona con quien disfrutar del "silencio" de esos espacios, afortunadamente hace poco menos de dos a帽os encontr茅 ese alguien con contemplar la vida sentados en un banco del San Ignacio o de la Plaza Altamira. Quiz谩s seamos un par de "tipos raros" en esta metropolis que no se detiene, pero como lo disfrutamos.
Matias, reitero mi convencimiento de que eres el hombre indicado para el Servicio Latinoamericano en ese lugar del mundo, genial tu narracion, y bueno que lastima que no bailes salsa.
Alejandro
Cuando era ni帽a viv铆 en Le贸n, una peque帽a ciudad colonial de Nicaragua, ese es un lugar que te estimula a caminar por sus calles, pero tiene en abundancia lugares que de la misma forma te invitan a sentarte y ver pasar todo, aunque despu茅s deba uno levantarse y como saliendo del tranquilo per茅ntesis en que nos encontramos, volver al bullicio de las cosas.
siempre es bueno encontrar un sitio as铆, en el que uno pueda estar un rato solo y pensar un poco... como dice: detenerse.
Saludos Mat铆as
Tambi茅n tengo un lugar as铆 es un deportivo, en ocasiones cuando voy a trotar un poco me quedo en las escalinatas.
Es en ese momento cuando comienzo a reflexionar de lo que he hecho, trato de encontrar soluciones a lo que me atormenta y me busco.
Es un lugar tranquilo alejado del bullicio de la ciudad que me da una paz incre铆ble.
Es hermoso ese sitio, aunque m谩s all谩 de la foto puedo imaginar la paz que transmite, la sensaci贸n de no estar que te embarg贸 por unos minutos.
Ac谩 en vzla, en la universidad donde estudio tenemos un lugar as铆, se llama la caminer铆a, y es eso, una caminer铆a de piedras donde los 谩rboles nos arropan e incre铆blemente nos aleja del alboroto de la gente.
Nos haces viajar con estas imagenes, profundas e ilustrativas, Matias.
Te cuento en mi experiencia fuera del pais, disfruto mucho del anonimato, sentarme en algun lugar ver pasar la gente y que mis pensamientos sean los que guien mis pasos mentalmmente, es un placer. En mi pais no puedo hacer lo mismo, somos tan peque帽os de extension que siempre te encontraras alquien que te conoce, y te pregunte que haces alli sentado!
Un abrazo te dejeo.
Por cierto la semana pasada deje un comentario y se perdio me dio error la pagina de la bbc, y ademas a mi un coleron, en fin ni modo a veces la tecnologia sorprende.
Yo creo que es mi habitaci贸n, ese lugar donde me puedo quedar largas horas sin que nada me interrumpa, porque el tel茅fono de mi casa no lo tiene mucha gente, apago mi tel茅fono celular (m贸vil), y en mi casa mi familia respeta mucho los espacios de silencio -ya no hay ni帽os, hora de descansar-.
Lugar abierto, no se. Es que me incomoda la soledad cuando todo el mundo est谩 con compa帽铆a y me vuelven a ver como bicho raro porque estoy sola.
El alg煤n momento fue el campus de la Universidad de Costa Rica, en verano. Ya no tengo tiempo de estar por all铆.
Llevo 4 meses en la colonial ciudad de Quer茅taro, en el baj铆o mexicano y creo que a煤n no he encontrado un buen lugar para sentarme. Quiz谩 uno de ellos sea en una plaza comercial con vista a una de las autopistas m谩s transitadas del pa铆s o el rinc贸n de la biblioteca en que me encuentro ahora. Siempre me llam贸 la atenci贸n detenerme a mirar ese flujo imparable de automotores sin pensar en absolutamente nada... Aunque creo que esta ciudad tendr谩 un lugar m谩s especial que un lugar lleno de bullicio y restaurantes de comida r谩pida. Ya escribir茅 sobre ello.
Saludos!