El taxista que baj贸 del cielo (en un fiat de 1952)
Dos a帽os atr谩s, cuando llegu茅 a Egipto como turista, vine a visitar a mi amigo y corresponsal por entonces del servicio brasile帽o de la 成人快手 Paulo Cabral.
Lo primero que hizo Paulo cuando pis茅 la capital egipcia fue poner a mi disposici贸n su "taxi personal". En un primer momento pens茅 que se trataba de una extravagancia de mi colega... nunca me imagin茅 que en el futuro yo tendr铆a mi propio taxista en esta ciudad.
Si uno como extranjero vive en El Cairo y no tiene autom贸vil, es m谩s que recomendable tener un taxista de confianza por razones que expondr茅 a continuaci贸n. Yo conoc铆 a Sad una tarde de s谩bado en el barrio copto y no hubiera podido sobrevivir estos cuatro meses sin 茅l.
En otra entrada ya les he contado los dilemas econ贸micos de pagar una tarifa coherente a un taxista cairota, as铆 que tratar茅 de no repetirme y dejar茅 en esta ocasi贸n el tema monetario de lado.
Antes de saber cu谩nto sale un viaje, uno debe primero haber sido capaz de subirse al taxi, lo cual no es tarea sencilla en esta ciudad.
Si uno camina por la calle a una hora que no hay mucho tr谩fico (por ejemplo de 6 a 8 de la ma帽ana, de 0 a 6 de la madrugada o durante el fin de semana) todos los taxis tratar谩n de seducirlo como si usted fuera Claudia Schiffer paseando por la playa en bikini.
Se acercar谩n a la acera tocando bocina, reducir谩n la velocidad para hacer contacto con los ojos y algunos audaces hasta se detendr谩n a su lado como el caballero que espera la ca铆da "accidental" del pa帽uelo de la dama.
El resto del tiempo (que como habr谩n calculado es casi todo el d铆a) es uno el Casanova y ellos la modelo alemana. Si se dignan a parar ante nuestros t铆midos gestos, deberemos primero decirles a d贸nde vamos y luego ellos decidir谩n si les conviene o no.
Algunos arrancan con una cara de ofendidos como si les hubi茅semos hecho perder el tiempo y lo dejan a uno con el coraz贸n roto en la calle, sufriendo la humillaci贸n de la cachetada.
Otros ni siquiera se detienen y los peatones deben entonces encontrar el momento exacto para que el grito con el destino ansiado entre por la ventana y llegue a los o铆dos de tan esquivo amante.
(Este rito me recuerda mis a帽os de juventud en Buenos Aires cuando trataba de sacar a bailar a una se帽orita y deb铆a encontrar el momento justo entre canci贸n y canci贸n para que mi voz pudiera sonar por sobre la m煤sica y luego perge帽ar una frase inteligente y sobre todo breve para que entrara en ese par茅ntesis musical).
Por suerte oportunidades no faltan y esta ciudad cuenta seg煤n el censo automotor de 2005 con m谩s de 50.000 taxis circulando. La mayor铆a son blancos y negros y tienen una antig眉edad de varias d茅cadas, otros son super modernos y amarillos, sus choferes saben ingl茅s y hasta tienen tax铆metro.
Como los segundos son m谩s caros que los primeros, la idea de reemplazar a los primeros con los segundos no tuvo mucho 茅xito entre la poblaci贸n local y una iniciativa que ten铆a como objetivo reducir el n煤mero de taxis en el tr谩fico cairota termin贸 logrando exactamente lo contrario.
Una vez que el extranjero logra ser aceptado por el conductor del taxi blanco y negro -que componen una mayor铆a casi absoluta- no tiene garantizado el llegar a destino, con su pobre 谩rabe, su pronunciaci贸n horrible del nombre de las calles y su desconocimiento de la ciudad.
Es cierto que los pasajeros no siempre tienen la culpa de todo. Muchos choferes desconocen gran n煤mero de calles cairotas, muchas veces debido a la costumbre de las autoridades municipales de cambiar el nombre de las mismas por nuevos pr贸ceres o viejas batallas, y hasta me ha tocado uno que no sab铆a c贸mo ir al aeropuerto.
Tambi茅n est谩n aquellos que no aceptan indicaciones de un "agente for谩neo" como uno -que ha logrado despu茅s de horas de pr谩ctica balbucear en 谩rabe "izquierda", "derecha", "siga recto" y "frene aqu铆"- y no dejar谩n jam谩s que un turista los gu铆e en su propia ciudad.
Lo que tambi茅n suele ocurrir es que la relaci贸n no es exclusiva sino muy abierta, como en los tiempos del amor libre, y el taxista que acept贸 llevarnos puede seguir levantando pasajeros en el camino que vayan para donde nosotros vamos sin que eso signifique compartir gastos ni mucho menos.
(Como la mayor铆a de los conductores no son due帽os de los autos, todo vale al momento de hacer una diferencia que permita sobrevivir luego de pagar el alquiler del veh铆culo).
Por eso, cuando Sad nos trajo aquel s谩bado de agosto a mi familia y a m铆 desde el barrio copto hasta Zamalek sin acelerar en demas铆a (su fiat del a帽o 1952 tampoco le permite jugar a Michael Schumacher), no abus贸 de la bocina por el camino, acept贸 la suma que yo le propuse sin negociar y nos dej贸 su tel茅fono, todos sentimos que hab铆amos encontrado un 谩ngel de la guarda.
(El hecho de que Sad haya aceptado mi oferta sin chistar no significa que sea un mal negociante sino todo lo contrario, 茅l sabe que siempre har谩 m谩s dinero con un extranjero que con un egipcio. Por eso me sorprendi贸 en mi viaje a Alejandr铆a encontrarme con taxistas que se ofrec铆an a ser mis gu铆as durante todas las vacaciones pero trataban de obtener la mayor ganancia posible desde el primer viaje).
Adem谩s de llevarnos cada vez que salimos de paseo, Sad nos da lecciones de 谩rabe y practica su espa帽ol con nosotros. Cuando lo conocimos sab铆a tres frases en el idioma de Cervantes: "no problema", "hola amigo" y "pendejo", que por suerte combinaba de una forma adecuada sin insultar cuando quer铆a agradar y sin entrar en confianza cuando quer铆a mentar la madre.
Adem谩s, est谩 fascinado por Joaqu铆n, a quien llama indistintamente: Hakim, Hakima, Hakan y Kimo. Cada vez que mi hijo se acerca a los parlantes del fiat, Sad sube el volumen de las tres canciones que ha repetido invariablemente en estos cuatro meses (deben ser sus favoritas porque en el auto tiene 7 cassettes) hasta que el beb茅 mueve sus caderas como una torpe odalisca.
Por eso, si alguna vez vienen a vivir al Cairo, les recomiendo buscar su taxista propio con el mismo cuidado de quien mira departamentos o averigua posibles colegios para sus ni帽os.
Eso s铆, no me pidan el tel茅fono de Sad, yo -a diferencia de muchos conductores de taxis de esta ciudad- no creo en los amores compartidos.
ComentariosA帽ada su comentario
隆Qu茅 egoista!
en plena 茅poca del amor libre, snif
me record贸 un poco a los d铆as cuando estaba en Quito, que los taxistas, en cuanto notaban mi acento mexicano, se ofrecian amablemente a llevarme a donde yo se los pidiera, claro con la idea de ganar un buen dinero, bueno, pues muchos saludos a Sad y un besito tierno a Joaqu铆n
Qu茅 bueno que ya ten茅s un buen contacto, eso es de lo m谩s valioso, como nombraste.
Por ac谩 aunque seamos nacionales, tambi茅n nos gusta tener nuestros contactos: taxistas legales (con placas del Estado) o ilegales ("Piratas").
Es m谩s seguro que un conocido te lleve sano y salvo a un lugar, que tomar cualquier taxi.
A una amiga la asalt贸 un taxista. No le rob贸 el tel茅fono celular (m贸vil) porque estaba muy viejo y desgastado.
Felicidades. Saludos a Mar铆a, al beb茅, y a Sad, que puede estar muy orgulloso de su buena clientela.
Me facino que compartas tu experiencia, cuando lei el titulo me dio mucha curiosidad despues no podia creer que un turista contara con su taxista personal, por cierto me hizo reir el amplio lexico del taxista
Eso del trato distintivo de los taxistas en distintos horarios considero es com煤n en muchos lados.
A unas horas pareciera que har铆an todo porque te lleven y en otros no eres digno para ellos.
Matias: Tu sue帽o se concreto adem谩s de contar con chofer personal, guia turistico, traductor y musical.Te las vas aprender de memoria y Hakim ni te cuento,los ni帽os vienen con control remoto incorporado.驴 cuando dicen un piropo y frenan no chocan ?Piropo en Argentina es decir cosas lindas a las chicas.Cuida de Maria que es muy bonita y los picaros estos estan atentos,cuanto disfruto de tus notas, mi risa se escucha desde el Cairo. Un saludo cordial a Sad, tu mano derecha, espero que se te ocurra algo lindo para las fiestas Navide帽as como el a帽o anterior, sin otro particular tu compatriota Matilde les envia besos.
Ahh, la dif铆cil relaci贸n con los taxistas, en algunas ciudades de 茅ste pa铆s -M茅xico- se tiene afortunadamente regulados los tipos de autos que pueden ser taxis y no hay tanto problema con eso. Las tarifas si es necesario pactarlas previamente poque los tax铆metros son un mito de los libros de texto de primaria.
Un saludo!
Pero bueno, c贸mo que no crees en los amores de taxistas compartidos?????!!!!!
Jajajaja, Mat铆as no sabes como me he re铆do con tu relato. Mis cuentos con los taxistas de Caracas son muy parecidos. Muchos te dejan "con el coraz贸n partido" en medio de la calle cuando tienen la osad铆a de decirte que NO, "que hay mucho tr谩fico" o "que no voy para esa zona".
La realidad caraque帽a es muy parecida. Yo tengo dos taxistas de confianza tambi茅n. Se estila m谩s por seguridad que por las tarifas. Claro que uno, al convertirse en cliente, puede tener ciertas exigencias en la negociaci贸n monetaria, pero realmente para las mujeres es m谩s c贸modo tener un taxista de confianza por la inseguridad de la ciudad.
Eso si, JAMAS se comparte un taxi con un desconocido que escoga el taxista, en todo caso, y como un acto de muy buena voluntad, uno puede negociar con alguien que vaya a la misma zona y compartir el taxi con la tarifa.
Alg煤n d铆a me animar茅 a contar las historias de taxis en esta parte del tr贸pico...
Te mando un abrazote!!!
:)
Estimado Mat铆as,mi saludo a t铆,Mar铆a y Hakim,hab铆a escrito un largo comentario a este blog,pero...,al poner vista previa,en busca de algun error,puf,se esfum贸.Y como a las tar茅as habituales se suma ,que,para m铆 este es un tiempo de reflexi贸n,como ha sido durante toda mi vida consciente,les env铆o a todos mi des茅o de Paz,Amor y Sabidur铆a.Paz para vivir,Amor para ser plenos y Sab铆dur铆a para su camino,Saludos Mario
Pues qu茅 se le va a hacer? Los taxistas y sus extra帽os y bipolares comportamientos son un tema digno de estudios ontol贸gicos- filos贸ficos...
Aqui, del otro lado, pasa igual. Amor eterno-rechazo, eterna relaci贸n estira y encoge... qu茅 nos falta? darles cursos de relaciones humanas? sesiones con el psiquiatra? No s茅, pero igual, son un mal necesario. Espero que el gremio de conductores de taxis a nivel mundial no se moleste con tu texto, aunque Sad parece ser diferente a casi la mayor铆a, bien por tu taxi particular y bien por 茅l!
Y despu茅s se quejan de los pobres "tacheros" porte帽os, verdaderos ejemplo de bondad y educaci贸n...
Un abrazo.
Mat铆as, tienes toda la raz贸n, los taxistas en El Cairo son muy sensibles, estuve all谩 hace dos semanas y al leer este blog record茅 aquellos momentos tan exoticos en el medio oriente.
El Cairo es una ciudad muy ruidosa, nunca descansan, el tr谩fico es terrible, si quieres aventura la tendr谩s desde el momento que necesites cruzar una calle, hasta el momento de negociar, no solo un taxi, sino todo, es as铆 que he adquirido una gran habilidad para regatear, la verdad nunca supe si pagu茅 el precio justo al momento de comprar. Bueno, es parte de la cultura de Egipto, un pa铆s con tesoros arqueol贸gicos inigualables.
Matias, dile a Paulo que envie una docena de esos Sab, a fin de cambiar el comportamiento cultural de algunos nuestros en Ecuador. Al margen del interes economico de por medio, hay que impulsar elevar la auto estima del gremio.
隆Me encant贸 el relato! Me divirti贸 mucho y me record贸 un libro que le铆 del escitor colombiano H茅ctor Abad Faciolince, quien tambi茅n estuvo en el Cairo y relat贸 una experiencia muy parecida en "Oriente empieza en el Cairo".
JAJAJAJAJA me alegraste un muy pesado dia de trabajo, siempre leo tu blog antes de irme a casa y este realmente me ha levantado el animo y me ha dado mas valor para enfrentarme a los taxistas cancunenses que te bajan del taxi si cuando les dices a donde vas el lugar queda a mas de 5 minutos...