Utop铆a o realidad del tercer tiempo en el f煤tbol
El tema puede ser presentado de dos maneras.
1) Los viejos flatulentos del f煤tbol italiano, desesperados ante la creciente intolerancia y brutalidad en los estadios, quieren imponer la virtud por la fuerza, decretando , con los jugadores aplaudi茅ndose mutuamente al finalizar el partido y compartiendo luego un refrigerio, como los chicos del rugby.
2) Los dirigentes del calcio, en un raro momento de inspiraci贸n, quieren introducir un nuevo elemento en el c贸digo de conducta de los futbolistas, dando un ejemplo de caballerosidad y tolerancia al p煤blico de las tribunas.
La primera versi贸n sugiere que estos viejos est谩n jugando a ser Mois茅s, cuando baj贸 de la monta帽a con los mandamientos grabados en una piedra.
La segunda presentaci贸n pretende que estos se帽ores tienen un cabal sentido de la responsabilidad social del juego y quieren aportar algo positivo.
Me gustar铆a mucho estar de acuerdo con el segundo punto de vista, pero la naturaleza de las cosas parece indicar que el acto de obligar a los jugadores a saludarse y felicitarse equivale a poner la carreta delante del buey.
El problema es que el deporte no es una religi贸n, y que la virtud no se impone por decreto: a lo sumo se castigan las violaciones a un c贸digo de conducta.
El rugby, con su larga tradici贸n amateur, pudo retener hasta nuestros d铆as la buena costumbre de saludar y confraternizar con el rival, pero el f煤tbol la extravi贸 con el profesionalismo y la p茅rdida de esa complicidad social que caracteriz贸 y hasta cierto punto sigue caracterizando a los rugbiers.
Los espectadores y jugadores de f煤tbol se reconocieron desde el principio con una identidad excluyente: eran 鈥渆llos鈥 enfrentados a 鈥渓os otros鈥. En el 谩nimo de los aficionados y jugadores de rugby, en cambio, persiste en mayor o menor medida un elemento de identificaci贸n esnob con el adversario.
En el f煤tbol moderno, el gran elemento perturbador no es la violencia o la intolerancia de los jugadores, sino las guerras entre tribunas rivales, o entre diferentes bandas internas de la misma hinchada. Y en esto los dirigentes tienen mucho que ver, con su tolerancia de los caciques m谩s repugnantes.
Y aqu铆 est谩 el truco de prestidigitador: los dirigentes vuelcan sobre los jugadores la presi贸n de la violencia y la corrupci贸n, cuya responsabilidad les toca de m谩s cerca a ellos. Nos dicen que los jugadores pueden exorcizar, siendo buenos en la cancha, la brutalidad de los fan谩ticos en las tribunas y en las calles.
Los partidarios de la introducci贸n del 鈥渢ercer tiempo鈥 por reglamento argumentan que puede tener un efecto a largo plazo en la conducta de los aficionados, contribuyendo a modificar 鈥渆l clima鈥 del f煤tbol.
Lamentablemente, las mutaciones no se dan por un esfuerzo de la voluntad: podemos desear con toda el alma que nos crezca una tercera pierna, que en f煤tbol ser铆a muy 煤til, pero la ingrata no se har谩 presente, al menos en los pr贸ximos milenios.
Y sin embargo鈥 sin embargo ser铆a agradable que los futbolistas se felicitaran al finalizar el partido y tomaran juntos una cerveza antes de marcharse del estadio; y que su ejemplo tenga alg煤n efecto en la hinchada.
驴Es posible o es ut贸pico?
Pero ya sabemos que el valor de las utop铆as radica justamente en su capacidad para inspirar la imaginaci贸n popular, no en gratificar a los c铆nicos.
Y la definici贸n de utop铆a dice que es un proyecto que "parece irrealizable en el momento de su formulaci贸n". Con lo que nos da esperanzas.
Hasta la Real Academia quiere que las utop铆as se hagan realidad.
ComentariosA帽ada su comentario
Ciertamente la paz no se decreta, pero si el problema son la barras, que hacer? Tomar una medida draconiana como jugar una temporada entera a puertas cerradas? Eso tampoco seria factible.
Supongo que hay que llegar a medidas intermedias
Lalo: aca en venezuela al igual que en el resto de latinoamerica (salvo argentina y mexico), los partidos de rugby son algo bastante raro de ver. Nunca he tenido la oportunidad de verlo en vivo (Como lo hago con Beisbol, futbol, volleyball y baloncesto). Sin embargo tuve la dicha de ver (youtube y algunos canales de deporte por cable) los partidos de la copa mundial de rugby, y seguir a Nueva Zelanda y Argentina. Me parece excelente que a pesar del uso de la fuerza en un deporte, al terminar TODOS los jugadores comparten. Lo que la profesionalizacion nos ha quitado es mucho (en beisbol, futbol, baloncesto). Podemos forzar a que retornen al "juego"? ojala.... tal vez es una medida fuerte la italiana. Pero por algun sitio hay que empezar
Me parece una idea muy tonta y la verdad todo surge por la propia ineptitud de hacer cumplir la reglas ya establecidas por parte de los encargados de la seguridad en los estadios y zonas adyacentes. Me parece que solo es mas pa帽itos calientes para curar el cancer del futbol
La responsabilidad es de los dirigentes, ellos dieron/dan entradas gratuitas a un monton de "incondicionales" del club. Ni siquiera son socios, en muchos casos. Por qu茅 un monton de vagos tiene m谩s privilegios que un socio al d铆a, con sus pagos al club, o que una persona que paga su entrada? Estas ridiculeces son obra de la "dirigencia".
Hace poco, en Argentina, los "hinchas" de un club pedian la cabeza de un jugador por un intercambio de camisetas!!!! Ser谩 que los apretones de manos solucionan la estupidez de los fanaticos o la de los dirigentes?