No camines, no te subas, no preguntes
Regres茅 a Miami desde Ecuador con varias historias por contar en mi equipaje pero hay una en particular, por lo repetitivo del asunto, que me parece necesario abordar.
Me pasa cada vez que viajo a un pa铆s que no es el m铆o, cuando viajo a mi propio pa铆s o incluso cuando ni siquiera viajo. Siempre recibo consejos de "no caminar por tal lugar, no tomar un taxi en plena calle u ocultar tal o cual objeto que cargo conmigo".
Y aunque me parece que la inseguridad es uno de los problemas m谩s graves que afrontamos todos los que vivimos en las grandes ciudades, es necesario detenerse por un momento a pensar cu谩nta gente dejamos de conocer o sitios dejamos de visitar por este contagioso miedo.
En Guayaquil, los empleados del hotel donde paramos con la 成人快手 nos sugirieron que utiliz谩ramos s贸lo los taxis autorizados a estacionar frente a su puerta. Los jefes de nuestra radio asociada nos recomendaron viajar s贸lo con la compa帽铆a de taxis que ellos utilizaban y muy gentilmente los llamaron por nosotros.
Unos y otros nos alertaron adem谩s de una ola de robos de computadoras personales en la ciudad por lo que deb铆amos evitar exhibirlas de forma ostentosa cuando nos desplaz谩ramos de un lugar a otro.
Cuatro a帽os atr谩s, cuando visit茅 por primera vez Guayaquil, mi familia pol铆tica me dijo que no caminara mucho por el malec贸n, un hermoso paseo construido en la ribera del r铆o Guayas, y cada vez que viajo a Cuenca -la tercera ciudad del pa铆s- mi mujer, que all铆 naci贸, me advierte en ciertos sectores de la ciudad que oculte mi cruz de plata o nuestra alianza de matrimonio.
En Buenos Aires, mi lugar de origen, mi madre -luego de la severa crisis econ贸mica del a帽o 2002- nunca deja de llamarme los taxis por tel茅fono, quit谩ndome uno de los mayores placeres que mi ciudad siempre me ha brindado: el poder pararme en cualquier esquina a cualquier hora y levantar el brazo para detener esos veh铆culos negros y amarillos que me llevar谩n a casa.
Hay incluso ciudades que jam谩s he pisado y ya les tengo miedo por todo lo que me han contado. Con la colecci贸n de an茅cdotas sobre robos, secuestros y asesinatos que han llegado a mis o铆dos desde el Distrito Federal de M茅xico y desde Caracas, me cuesta entender c贸mo queda alguien vivo en estas dos capitales latinoamericanas para poder divulgar estos relatos policiales.
Debo admitir que yo soy un afortunado. S贸lo me han robado 4 veces en mi vida, de las cuales s贸lo una fue con un arma, un cuchillo. Adem谩s, nunca han secuestrado a nadie de mi familia ni han asesinado a ning煤n conocido.
A pesar de mi suerte, no soy tan est煤pido como para pensar que la inseguridad es una ilusi贸n, que la pobreza, la marginalidad, el consumo masivo de drogas y la disponibilidad de armas de todo calibre no han hecho de nuestras ciudades zonas de riesgo.
Al fin y al cabo, de mis 13 a帽os como periodista al menos dos los pas茅 cubriendo noticias policiales y no hubo hurto, homicidio, descuartizamiento, violaci贸n o decapitaci贸n sobre los que no tuviera que informar con lujo de detalles. S茅 muy bien a qu茅 crueldades puede llegar el hombre por necesidad, odio o instinto.
Pero tambi茅n s茅 por mis a帽os en policiales que si 1.000 personas dejan su casa una ma帽ana, toman el transporte p煤blico, llegan a sus trabajos y al final de la jornada 999 regresan a casa sin un rasgu帽o, la noticia de esa noche en los noticieros ser谩 la suerte de ese individuo al que le robaron, golpearon, apu帽alaron o acribillaron. 脡l ser谩 nuestra referencia, no los otros.
Cada vez que viajo, la mezcla entre inseguridad real y paranoia general lejos me empuja lejos de la gente, me saca de las calles y de las plazas, me encierra en hoteles, me baja de trenes y autobuses y me sube en veh铆culos "autorizados". Tantas precauciones me ayudan pero tanto miedo me aisla.
Deber铆a decir, agradecido, que en todas mis traves铆as siempre he conservado la vida y la billetera, pero a esta altura del camino me pregunto cu谩ntas experiencias perd铆 por haber desconfiado hasta de mi sombra.
Por ejemplo, en esta 煤ltima visita a Guayaquil, decidimos con los colegas de la 成人快手 "arriesgarnos" y tomar un taxi en una esquina. Un viejo y destartalado Fiat 1 amarillo que alcanzaba los 15 kil贸metros por hora s贸lo en los descensos abruptos de puentes y autopistas.
Su conductor, uno de esos taxistas que tienen m谩s historias que Shakespeare, nos empez贸 a relatar su 煤ltima experiencia con una se帽ora guayaquile帽a que lo hab铆a parado d铆as atr谩s.
Resulta que en medio de un viaje sin destino fijo, la protagonista de esta historia comenz贸 a llorar...
Ante la pregunta preocupada y solidaria del chofer, la pasajera revel贸 que hab铆a dejado Guayaquil 25 a帽os atr谩s y nunca hab铆a regresado.
Ahora observaba azorada por la ventana los cambios que hab铆a experimentado su lugar de origen.
Alentada por la confianza del taxista (y tal vez por la lentitud del veh铆culo), la se帽ora decidi贸 pedirle a su confidente que la llevara a un viejo restaurante de su infancia donde serv铆an el mejor arroz con maduros y menestra.
Luego del almuerzo, apel贸 a la sabidur铆a de su Virgilio para que la guiara hasta cualquier destino donde pudiera encontrar un grupo de m煤sicos que interpretaran para ella alg煤n pasillo (m煤sica t铆pica de Ecuador).
Tras la serenata breve y con el est贸mago lleno de comida y vac铆o de nostalgia, volvi贸 nuestra protagonista a su hotel y de all铆 a Estados Unidos, pa铆s que no hab铆a dejado por 25 a帽os ni siquiera para visitar a su amada Guayaquil.
Ese relato, fabuloso en su sencillez y en su capacidad de resumir la tragedia del exilio, s贸lo lo encuentra uno en un Fiat amarillo, destartalado, parado en una esquina elegida por el azar y lo suficientemente lento como para permitirle a su conductor el despliegue met贸dico de introducci贸n, nudo y desenlace.
Por eso pienso que la inseguridad nos puede costar muy caro, nuestro dinero, nuestra integridad f铆sica, hasta nuestra vida. Pero el miedo a todos los que nos rodean tambi茅n tiene su costo.
Son estas historias -y la sabidur铆a de la gente que las relata- las que nos roban cuando nos hacen sentir que cualquier pr贸jimo puede ser tu enemigo.
ComentariosA帽ada su comentario
"Tantas precauciones me ayudan pero tanto miedo me aisla."..
Sorprendente, nunca me hab铆a colocado del otro bando de pensar, en esos aspectos. Eso a铆sla y no te permite ver lo espont谩neo, lo riesgoso, lo que te podr谩 marcar o no toda tu traves铆a en cualquier parte del mundo.
Impresionante post.
Haciendo fila en un banco en la cd. en donde crec铆 en mi pa铆s M茅xico, conoc铆 a un martinico! Ahora despues de 7 o 6 a帽os y aun continuamos nuestra amistad!!!
A mi pelirrojo lo conoc铆 en Alemania del este saliendo de la escuela del aleman rumbo a la estacion del tren y ahora tenemos un bebe precioso.
Y mi madre me repet铆a una y otra vez: no hables con gente extra帽a!!!!
Woow
Es cierto, el miedo es el peor enemigo. Te recomiendo ver el documental MEGACITIES de Michael Glawogger, ves como este documentarista vence el miedo y penetra en los lugares mas inh贸spitos de las grandes ciudades y con equipo de filmaci贸n!!! una verdadera obra de arte.
En un principio tu post me record贸 los "consejos" que da la gente de Maracaibo (segunda ciudad en tama帽o de Venezuela) que siempre te dicen por donde no ir, con quien no hablar, etc. A veces los mismos me agobian y es entonces cuando no les hago caso y recorro la ciudad por mi cuenta.
Te felicito por El Articulo.
Es muy interesante la reflexi贸n que se plantea en el blog. El problema de fondo a mi manera de ver es que unos pocos (los delincuentes) nos mantienen secuestrados al resto de los ciudadanos, y de alguna manera se han creado ghettos artificiales, a donde nunca vamos porque no nos atrevemos a ir por miedo a que nos asalten o a algo peor. En mi caso, que vivo en Caracas, hay un mont贸n de lugares que no conozco y que seguramente nunca conocer茅 por puro y simple miedo. Cuando visit茅 Bogot谩 qued茅 maravillado por todos los sitios que conoc铆, pero todos estaban en la parte norte de la ciudad. Estuve un par de veces en el centro, y la primera vez que fu铆 andaba con otros dos venezolanos, y no nos sentimos particularmente inseguros; pero la segunda vez que fuimos estaba con nosotros una bogotana, que no paraba de decir que ten铆amos que andar con cuidado, y que ni se nos ocurriese ir solos al sur de la ciudad. Es muy probable que si esta amiga bogotana me viene a visitar a Caracas, mi actitud sea la misma.
Pues s铆, dejamos de hacer cosas por inseguridad, aqu铆 en la Bolivariana Venezuela cada noche la gente se "guarda" (regreso a casas) m谩s temprano, parece que a cierta hora no hay nadie en la calle, esos paseos de la parada del bus a la casa pasadas las 10 de la noche.. no van. Ahora ya las 9 es una ruleta, colgarse los aud铆fonos y caminar rapidito con cara de ausente es la mejor estrategia. Taxis ni hablar, ya no se sabe que es oficial y quien pirata, hasta ellos se guardan temprano. El problema de fondo a resolver es la hipocres铆a y el cinismo de la pol铆tica p煤blica, ac谩 y en toda Latinoam茅rica. El rollo que para resolver eso, es necesario poner el pecho y perder popularidad, nada mas aterrador para los populistas...de mientras yo seguir茅 caminando donde y como pueda, el placer del silencio, o铆r el latir del coraz贸n al caminar no tiene precio, caminen sin miedo que Dios les acompa帽a鈥 pero regresen temprano El tambi茅n descansa.
Hola Matias...bienvenido a Miami. me alegra saber que no tuviste ningun percance, ya que cuando lei el titulo y los primeros parrafos del blog pense inmediatamnente que tu nota se trataba sobre algun percance en Ecuador. Escribes tremendamente bien, y nos haces pensar a todos quienes por una u otra razon tenemos que viajar y estar en ciudades que NO conocemos y en las que debemos de preguntar a donde NO debemos ir, o que taxi NO tomar, etc.
Muy buena nota.
"S茅 muy bien a qu茅 crueldades puede llegar el hombre por necesidad, odio o instinto."
No creo que haya demasiadas "crueldades por necesidad".
Vivo en Buenos Aires, en cuanto a lo otro que cuentas, el gobierno dice que hay una "sensaci贸n de inseguridad", cuando la realidad es muy grave. De 1000 personas que salimos a la calle todos los d铆as, los periodistas se ocupan de uno, porque ese fue el 煤nico que hizo la denuncia o la cosa fue tan grave que no se puede ocultar.
Uno se arriesga a diario, en el taxi, en todos los sitios. La opci贸n es: o se acostumbra a vivir rodeado de inseguridad o no vivir.
No tengo opci贸n econ贸mica para irme de esta ciudad, que es mi deseo m谩s fuerte, aunque soy nacido aqu铆.
Pero no nos preocupemos, que con este gobierno y metodolog铆a de criminalizar a las v铆ctimas y victimizar a los delincuentes, vamos a estar mucho peor.
ahi est谩 el papa de nemo diciendole que no se acerque a la superficie... y mir谩 t煤 la cantidad de aventuras y amigos que pudo hacer el temeroso pez pallaso.
jean viejo, mochila y mucha compa帽铆a pueden ser un aliciente para arriesgarse... pero siempre tomando algunas precausiones.
Tu relato ha avivado mi preocupacion cuando regrese a mi pa铆s, porque cuando leo sus diarios digitales me causa temor y preocupaci贸n, porque me doy cuenta de que me he "desacostumbrado" a recorrer su ciudad.
Somos animales de costumbres y lastimosamente los latinoamericanos vivimos con la malicia en mente para sobrevivir nuestras calles, nos adaptamos manejando nuestros autos a vidrio cerrado, llaves en las cuatro puertas, cero joyeria en el cuerpo, efectivo indispensable, y terminamos aceptando que el miedo es un estilo de vida para sobrevivir.
Como ves mi temor es ese proceso al que tenga que readaptarme, que tenga que pedirle a los santos me acompa帽en cada vez que salga de casa, y que a la vez no pierda la esperanza porque nuestros paises cambien ese estilo de vida, y la pobreza no hiera a sus hijos y exista quienes lo puedan remediar.
Un abrazo
Estimado: Esto nos suele suceder cuando vivimos en grandes ciudades por mucho tiempo. Sobre todo en aquellas donde ciertamente ocurren hechos de violencia. Pero tambi茅n es cierto que la paranoia y el miedo paraliza. En muchos casos, son los medios y nosotros los periodistas, los que plantamos esta sensaci贸n cuando utilizamos determinadas palabras para anunciar una noticia. Creo que por naturaleza somos alarmitas, como si esto significara ser contundentes con la informaci贸n.
Soy de los que creen que aqu铆 en Buenos Aires, todav铆a se puede andar. Pese a todas las malas noticias, yo suelo salir de noche, tomar taxis en las esquinas y caminar. Las ciudades s贸lo se conocen as铆.
De lo que nos perdemos todos. En mi barrio, ni los vecinos se hablan, nadie se conoce, esto hace que tambi茅n se pierdan las redes de apoyo. A nadie le importa si alsaltan al vecino, "mientras a m铆 no me pase nada, estoy bien".
Todos salen en su carro, vidrios cerrados, casi como en una capsula. Intocables.
Coincido totalmente. Aqu铆 en Buenos Aires existe una paranoia que a mi juicio es exagerada. Sin dudas hubo hechos de violencia pero 驴como se los combate? Yo no soy mejor que ninguno de mis compatriotas -mas bien lo contrario- pero para diferenciarme nom谩s cumplo con las normas vigentes. Ten铆a un convertible y si el sem谩foro estaba en rojo yo paraba a煤n de noche y en el Gran Buenos Aires. Jam谩s me pas贸 nada gracias a Dios, pero cuando lo comento todos se escandalizan. Hay que soltarse m谩s muchachos.
Totalmente de acuerdo contigo, a veces obviamos conversar con un taxista por ejemplo, por el miedo que nos causan algunos malos individuos, sin ponernos a pensar cuantas historias enriquecedoras podr铆an contarnos verdad?
Saluditos :)
La inseguridad, la real y la medi谩tica, ha hecho que proliferen muchos proyectos inmobiliarios en forma de "islas". Vivo en una de ellas, en las afueras de una ciudad peque帽a a 4 horas de Caracas, donde la frontera son muros con cercas el茅ctricas, la autoridad es una compa帽铆a de vigilancia privada y los vecinos son n谩ufragos solitarios que pocas veces lanzan una botella con alg煤n mensaje amistoso, prefieren la seguridad de sus cuatro paredes. Habitantes del barrio vecino de esta urbanizaci贸n, de vez en cuando lanza piedras sobre las p煤as el茅ctricas, 驴para seguir el juego del gato y el rat贸n?, 驴para seguir d谩ndonos excusas para escondernos?, o quiz谩 es su 煤nica forma de decirnos que est谩n all铆... Esto se repite en todo el mundo de distintas formas como cuentas, y el miedo, no nos deja ver m谩s all谩 de nuestro ombligo. Me encanta tu estilo cotidiano y real. Me gusta tu blog. Seguir茅 visit谩ndolo cada vez que pueda.
Incre铆ble Post, definitivamente as铆 me siento en mi ciudad, en mi pa铆s, aislada; y confieso que mi peque帽o estado es una provincia que hasta hace poco era de las mas tranquilas, pero ya dej贸 de serlo.
Ese miedo que sienten en el D.F. por que no saben si van a regresar, es ahora el mismo miedo que tengo yo, comentaba en mi blog que ayer le铆 en el peri贸dico que mataron y violaron a dos ni帽os de 11 y 12 a帽os por robar fruta, eso aqu铆 no pasaba y ahora parece que ser谩n las noticias de todos los d铆as con las que me ir茅 a trabajar, dando gracias como hoy que me voy a dormir tranquila por que llegu茅 con bien.
SALUDOS Y ABRAZOS
Naci y creci en Lima, aun recuerdo por todos los sitios 篓peligrosos篓 por donde anduve, y tambien cuando no era la ciudad enrejada que es hoy en dia, estuve los ultimos diez a帽os viviendo en otra ciudad del interior del pais, he regresado y todos me dicen lo mismo, este sitio es peligroso, este sitio ya no es lo que era, en fin, no deja de seducirme el hecho de volver a caminar las calles de mi querida ciudad, andar en bicicleta esquivando el cada vez mas grande trafico, y recordando los sitios de mi ni帽ez. Espero seguir perteneciendo a los 999 ciudadanos que regresan a salvo a casa.
Buen articulo, saludos
Cada a帽o voy de vacaciones a Margarita una isla muy bella sobre todo en turismo, la 煤ltima vez en la navidad del a帽o pasado me hosped茅 con mi familia en una casa de huespedes tipo campestre una especie de agriturismo, en las ma帽anas me despertaba y la sra. de la casa me obsequiaba un litro de leche de vaca resien orde帽ada. Una Tarde sali a acaminar y me aserque a un lugar donde muchos lugare帽os tomaban cerveza me invitaron, me relataron las vivencias del lugar jug茅 con ellos a las cartas, me contaron chistes la pase muy bien al regreso por la noche le conte a la sra. de la casa donde habia estado y ella me replic贸 tu estas loco como se te ocurri贸 salir por ah铆 si en esa zona hay mucha inseguridad y cad dia atracan y a veces hasta asesinan, de haberlo savido antes me hubiera perdido lo que disfrut茅 con esos parroquianos. yo pienso que es el miedo que nos hace paranoicos y nos crea esa especie de temor constante......
El miedo genera "perdidas" economicas, Se podr谩 expresar en P.I.B el impacto del miedo en una sociedad? La desconfianza genera perdidas de capital social. Genera "perdidas" espirituales, cuamdo caminamos en las grandes ciudades miramos a los extra帽os a los ojos? y sino lo hacemos, c贸mo nos "encontramos" realmente? Tener miedo parece algo involuntario y no estar bajo mi control. Sin embargo, deshacer el miedo es MI responsabilidad, cuando pido que se me libere del miedo estoy implicando que no soy responsable, mas bien la pregunta es c贸mo cambiamos las condiciones que me suscitan el miedo?. Nuestra forma de convivencia nos genera miedo y nos aisla. Esta no es una conclusi貌n futil o vana, debe ser vinculante a titulo personal y colectivo. Ya admitir y reconocer esto es un paso importante. El miedo procede de una falta de amor.
Me ha sorprendido la calidad del post, vivo en M茅xico y como se relata el miedo nos hace limitarnos de tantos sucesos que nos enriquecer铆an nuestra existencia.
Soy viajera de coraz贸n y las an茅ctodas m谩s interesantes de mis andanzas, provienen de los lugares a los que no hay que ir o de la gente con la no hay que hablar, es dif铆cil pedir que se arriesguen pero vale la pena en verdad. Adem谩s es curioso ver el inter茅s que suscita este tema del miedo a las calles y personas a veces hasta de nuestra misma ciudad. Pero adelante, hay que vivir, m谩s all谩 del temor existen momentos, obras, calles, paseos, restaurants, m煤sicos, bebidas y personas.
hola que tal, te escribo por que me interesa comunicarme contigo, estoy en mexicali Baja California mexico, y apenas empiezo a hacer un periodico mensaual.
Gracias y ojala te puedas comunicar.
Fernando meza
Querido Mat铆as: Como veras,no se salva nadie de robos y violencias. En Argentina, como te cuenta tu Sra. Madre se vive el peor momento y la dificil situaci贸n de riesgos que en la historia de este, se tenga. Era un paraiso, en cuanto seguridad pero, la necesidad los obliga a robar seguido de muerte. Si te parece, 驴no te aislas?... con cuanta reja, alarma, mirar antes de abrir, llamarnos cuando llegamos a casa, toda la familia asaltada, mi vecino secuestrado, el suegro detenido, por un asalto a mano armada, en defenza propia, detenido injustamente.Si vas por la Panamericana no te asaltan te matan, si vivis en Barrio Cerrado, en 20 d铆as 20 asaltos. Que mas se puede pedir la inseguridad llego a un limite insostenible.Dos famosos periodistas asaltados el mismo d铆a. Un beso de tu compatriota Matilde que no da buenas noticias.Saludos a la familia desde Argentina.
Siempre que uno intenta salirse de los circuitos tur铆sticos recomendados para grandes ciudades o sitios poco conocidos, sobrevuela ese vago temor de que lo desconocido nos puede jugar una mala pasada. Y as铆 alimentamos la paranoia que reina en las grandes ciudades latinoamericanas. No soy necio: hay ciertos recaudos que hay que tomar en estas urbes. Pero por mi parte, siempre elijo salirme de la ruta que me recomiendan gu铆as, empleados de hotel, etc, y armarme un recorrido a mi gusto. Por lo menos para sentir que no estuve de vacaciones o de viaje por trabajo en una fortaleza sitiada.
Querido Mat铆as, tienes mucha raz贸n en tu planteamiento, a veces creo que uno se pierde de grandes descubrimientos por ese "susto" a la inseguridad en nuestras ciudades.
A mi nunca me hab铆an robado en Caracas y hace algunos meses, subiendo del aeropuerto me arrancaron mi cartera en un taxi en el que viajaba.
Ese dia pas茅 a engrosar las estad铆sticas de robos. Cuando fui a la polic铆a a poner la denuncia (porque me hab铆an llevado TODOS mis documentos) el polic铆a me dijo que se recib铆an unos 25 denuncias diarias igualitas y que ellos lamentablemente no ten铆an personal para hacer nada al respecto. Te imaginaras mi cara de asombro y mi consecuente respuesta tan elegante como 谩cida.
En todo caso yo me arriesgo un poco, y en M茅xico, TODOS me dec铆an que no deb铆a montarme NUNCA sola en el metro, al final me anim茅 a hacerlo y me encontr茅 a dos amigas, terminamos cenando juntas en un rico restaurante del Z贸calo...Hay que andar con cuidado pero tampoco paranoicos.
Un abrazo grande!!!
:)
PD: C贸mo est谩 el beb茅???
Estimado Mat铆as:
Puesto que eres periodista, debes siempre tomar los autobuses u otras formas de transporte p煤blico barato. All铆 se observan las mejores estampas, los personajes m谩s pintorescos y las historias m谩s interesantes. En los hoteles de lujo, un aburrimiento total excepto que te toque al lado de un borracho en la barra o que puedas conversar con los m煤sicos en su descanso.
La seguridad s铆 hay que tomarla en consideraci贸n, pero hay mucha gente buena en este mundo y no hay raz贸n para tenerle miedo a la inmens铆sima mayor铆a.
Suerte en todos tus viajes. Un abrazo de hermano desde Puerto Rico, el pa铆s donde mejor se come, por si acaso deseas venir.
Hasta hace alg煤n tiempo, pensaba y me aislaba como tu mi buen amigo Mat铆as, hasta que me asaltaron en la puerta de mi propio hogar... un delincuente con pistola en mano, para robarme una cartera vac铆a de precisamente lo que buscaba... dinero. Pens茅 en ese momento, que por m谩s seguro y tranquilo que sea el barrio donde se vive, uno no est谩 libre de estas cosas... por ende si algo me ha de pasar, ser谩 en cualquier lugar.
Ahora ya no me privo de ir d贸nde quiera, ni de conocer lo que ans铆o.
Obviamente, tampoco salgo con joyas ni voy tentando mi suerte. Pero unos cuantos delincuentes no me van a privar de la libertad a la que todos tenemos derecho verdad?.
Saluditos :)
La verdad sea dicha pero ese miedo muchas veces infundado nos ha salvado varias veces de un posible asalto, robo, secuestro y porque no decirlo hasta de la muerte misma y es verdad nos ha quitado la posibilidad de conocer sitios que muy seguramente deben ser lindos a mi me ha ocurrido las dos situaciones pero se de un amigo el que una vez se arriesgo dandoselas de valiente y sufrio lo peor que le puede ocurrir a un ser humano que le arrebaten la libertad pues fue secuestrado y lo "mataron" dos veces: sicologicamente y fisicamente.En fin....
El miedo nos da inseguridad, por eso muchas veces perdemos oportunidades maravillosa, de aprender, conocer y sobre todo de disfrutar la vida.
Hay que arriesgarse, el que no lo hace,es raro que triunfe.
Excelente articulo!
Mat铆as me encant贸 la historia. Acabo de volver de viaje y te entiendo perfectamente. Aunque los lugare帽os lo hacen con la mejor de las intenciones, sent铆a que era prisionera de tantas recomendaciones y prohibiciones. Se que la violencia es la realidad de nuestros dias pero tambien solo tenemos una vida y solo morimos un dia. Por eso trato de viajar por donde me apetece, claro que siempre tomando todas las precauciones habidas y por haber.
Algo que me ha funcionado es el buscar a alguien del lugar -que al igual que el taxista de tu historia- se gane mi confianza. Ahora que estuve en RD, me hice acompa帽ar de Luis un amable taxista que me acompa帽贸 o por media isla. Fue una linda experiencia.
Toco madera, pero a m铆 nunca me han asaltado. nac铆 en la RD, viajo much铆simo y vivo en NY. Me considero ser una mujer muy afortunada.
Una brazo,
Sonia
P.D. Gracias por tus palabras de aliento por la muerte de mi amiga.
Es muy bueno su comentario.Vivo en Costa Rica y todos hablan de que es peligroso en la ciudad, pero tengo 27 a帽os de andar recorriendo y si ubiese tenido miedo nunk habria esta en la vasconia, el atlas, viajando por la ciudad de madrugada y que los musicos callejeros o quiza una trabajadora del sexo me contara su historia muy amigablemente.
Excelente articulo.
El miedo te puede encarcelar hasta en tu propio ser ..
Hola Mat铆as:
Me agrado mucho tu relato, he sentido situaciones similares. Vivo desde hace 8 meses en la Cd. de M茅xico vengo de provincia espec铆ficamente del estado de Veracruz. Hasta la fecha he disfrutado mi estancia aqu铆 y sin contratiempo alguno, he tenido oportunidad de conocer muchos lugares de esta hermosa ciudad. Al principio sent铆a una gran angustia de salir sola y m谩s si era de noche. Ahora que mis amigas han venido a visitarme les sorprende la manera en que he aprendido a moverme en esta gran ciudad. Por otro lado, actualmente en Veracruz ha habido una ola de ejecuciones relacionadas al narcotr谩fico 茅sto ha llevado a que haya mucha vigilancia, pol铆cias y miembros del ejercito nacional por todos lados cosa que no hubiera imaginado algunos a帽os atr谩s. Apesar de lo que muchos digan la Cd. de M茅xico tiene mucho que ofrecer. S贸lo hay que perder el miedo...