Díganos qué reforma necesita el fútbol
- 27/11/2006, 07:37 PM
Un portavoz de la , el ente rector del fútbol europeo, ha dicho a la 成人快手 que la organización está considerando la posibilidad de incorporar una norma del rugby, por la cual únicamente los capitanes de cada equipo pueden hablar con los árbitros durante los partidos.
Esto significaría mayor disciplina, la revalorización de la importancia de los capitanes y la desaparición de una de las escenas más grotescas del fútbol, en las que grupos de jugadores se precipitan sobre los árbitros, como matones de bar.
?Y usted qué opina? ?Tiene una propuesta propia? ?O cree que no hace falta ninguna reforma?
William Gaillard, el funcionario de la UEFA, dijo a un programa especial de televisión de la 成人快手, que "la situación actual se está tornando peligrosa".
"En el rugby", agregó, "es común que el árbitro llame a ambos capitanes y les diga 'basta, impongan disciplina a sus jugadores'. Y les hacen caso."
La experiencia del rugby es muy interesante porque se trata de un deporte de contacto directo que puede llegar a ser muy violento.
Aunque Gaillard no lo mencionó, muchos problemas de disciplina en las canchas de fútbol se resolverían con la introducción de otra innovación del rugby: la expulsión temporaria de jugadores por acciones antideportivas.
En el fútbol es habitual que el árbitro muestre una tarjeta amarilla a un jugador a los cinco minutos de juego y luego tolere a ese mismo jugador nuevos actos de violencia, porque le parece que con una segunda amarilla, que significa la expulsión definitiva, estaría "liquidando el partido en el primer tiempo".
La introducción de una tarjeta verde, o azul, dejaría en inferioridad numérica al equipo infractor por un periodo a determinar, acaso de 10 minutos.
Este tipo de medidas puede mejorar la disciplina en las canchas, pero tanto o más urgente es la introducción de una reforma para que los árbitros mantengan su credibilidad, que cada día es menor debido a los avances técnicos de la televisión, que eleva cada error a la categoría de escándalo.
La impresión popular es que los árbitros "son cada día peores", por incompetencia o venalidad. En realidad, y están mucho mejor preparados que los de épocas anteriores, pero ahora vemos sus errores en colores y cámara lenta.
a reconocer la necesidad de utilizar ese avance tecnológico como una ayuda para los árbitros, en vez de servir como el instrumento de su permanente humillación.
Esta obstinación provocó una escena de farsa durante la , cuando el cuarto árbitro, el espa?ol Luis Medina Cantalejo, informó al árbitro principal, el argentino , de que Zidane había asestado un brutal cabezazo a Materazzi.
Muchos juran que Medina Cantalejo no vio la escena "en vivo", sino en las repeticiones por televisión. El colegiado lo niega.
Esto es importante, porque si lo hubiese visto por televisión, Elizondo no podría haber expulsado a Zidane.
Las reformas llegarán, tarde o temprano. Para bien del fútbol, conviene que sea lo más temprano posible. Las propuestas abundan.
Michel Platini, titular del comité técnico de la FIFA, confidente de Sepp Blatter y candidato a presidente de la UEFA (el 26 de enero enfrentará en elecciones a Lennart Johansson), sugiere que los jueces de línea deberían ser cuatro, dos por banda.
Pero si a este refuerzo agregamos los dos jueces que otros proponen para vigilar la línea de fondo y las porterías, otra posible reforma debería consistir en ampliar las instalaciones para dar cabida a tantos funcionarios, todos ellos capaces de cometer sus propios errores y multiplicar los problemas.
Una propuesta más sensata, a nuestro juicio, consiste en dividir el campo en tres sectores y modificar el sistema de fuera de juego, restringiendo su vigencia al último tercio. De esta forma se reduciría el margen de error de los jueces de línea y además se agilizaría el juego.
Otro de los graves problemas del fútbol actual es la pérdida de tiempo. Muchos partidos defraudan a los espectadores y el agregado que hacen los árbitros casi nunca compensa lo perdido.
En el Campeonato Mundial de 1990, por ejemplo, el promedio de minutos de juego por partido fue de 52 minutos. En algunos encuentros fue de 45 minutos de juego real.
La aspira a garantizar 60 minutos de juego real, pero la única forma de conseguirlo sería introducir una característica del baloncesto y otros deportes, con un reloj que se detiene con cada interrupción del juego.
Los partidos serían, entonces, de dos tiempos de 30 minutos cada uno. Cabe se?alar que en el baloncesto no se conoce la pérdida de tiempo.
Y ya que interesan las normas del rugby, tal vez convenga adoptar otra de sus costumbres: los árbitros llevan micrófonos conectados al sistema de altoparlantes. Todos los espectadores, tanto en el estadio como en sus casas, escuchan las observaciones e indicaciones del árbitro, y se enteran en forma instantánea de las decisiones y sus razones técnicas.
Una variente sería la asistencia de los árbitros a las conferencias de prensa después de los partidos, para explicar sus decisiones importantes. Muchos referís son partidarios de esto y creen que podría contribuir a una disminución de los malentendidos que tanto perjudican la imagen del fútbol.
El rubgy tiene un árbitro de vídeo, para juzgar las situaciones dudosas, y no ha sido un problema la pérdida de tiempo ni de autoridad de los árbitros, como dicen quienes se oponen a esta reforma en el ámbito del fútbol.
?Y usted qué opina? ?Tiene una propuesta propia? ?Apoya alguna de las mencionadas en el blog? ?Cree que no hace falta ninguna reforma?
贰蝉肠谤í产补苍辞蝉. Si tenemos suerte y gritamos lo suficiente, nos escucharán los poderosos.
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