El pasado jueves fue un d铆a de bastante adrenalina en la redacci贸n de 成人快手 Mundo.
A la noticia del apresamiento y posterior muerte de Muamar Gadafi la sigui贸 horas m谩s tarde la del anuncio de ETA acerca del cese definitivo de acciones armadas.
No era un d铆a, pues, de mucho tiempo para la reflexi贸n.
Sin embargo, a lo largo de la jornada, en los escasos minutos que dejaba el aluvi贸n de noticias que nos cay贸 encima ese d铆a, mantuvimos una discusi贸n acerca de un tema que nos inquietaba: las sangrientas im谩genes de la captura y la muerte de Gadafi.
Y especialmente, como deb铆amos integrarlas de una manera sobria y responsable a nuestra cobertura period铆stica.
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Pocas veces tenemos la impresi贸n de estar viviendo momentos importantes, en especial cuando se trata de evaluar el ancho e intrincado tapiz del mundo y nuestra relaci贸n con 茅l.
Yo (y disc煤lpenme que utilice ac谩 la primera persona del singular), s贸lo suelo entenderlo a帽os despu茅s.
Me ocurre con un peri贸dico en el que trabaj茅 en los a帽os 90: ahora entiendo que viv铆 una especie de 茅poca dorada de ese medio (algo en lo que coinciden varios de mis ex colegas), pero en el momento de vivirlo lo 煤nico que percib铆a eran las dificultades, las presiones, el d铆a a d铆a.
A pesar de esto creo, que en la actualidad mucha gente se da cuenta de que estamos viviendo tiempos importantes a nivel geopol铆tico: el ascenso de un imperio (China) y el posible declive de otro (Estados Unidos).
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Cuando el 17 de septiembre pasado el movimiento Ocupa Wall Street hizo un llamado para que miles de personas inundaran el sur de Manhattan y se quedara all铆 "por algunos meses" en protesta contra lo que llaman avaricia corporativa, fueron muy pocos los medios que lo cubrieron.
Poco a poco, con el correr de los d铆as y el aumento en el n煤mero de manifestantes, la prensa comenz贸 a mostrar inter茅s; primero algunos canales de televisi贸n y peri贸dicos locales y m谩s tarde, varios d铆as despu茅s, las cadenas nacionales e internacionales comenzaron a dedicarle espacio y tiempo a los indignados neoyorquinos que protestan en el coraz贸n del centro financiero mundial.
Sin embargo, entre los activistas y sus simpatizantes todav铆a es muy com煤n escuchar quejas sobre la falta de cobertura de los medios de comunicaci贸n tradicionales.
Incluso en el centro de prensa que los manifestantes levantaron en su campamento, y desde donde transmiten en directo trav茅s de internet su versi贸n de los hechos, hay un cartel que dice "Bienvenido al silencio de los medios".
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En nuestra oficina de Ciudad de M茅xico hay preocupaci贸n. Preocupa la avalancha de historias sobre el narco sin confirmaci贸n independiente que acapara la atenci贸n de los medios de comunicaci贸n.
Que si aparecieron tres cabezas, que est谩n matando tuiteros, que naci贸 un nuevo cartel, que esta noche nos matan a todos...
Es el horror de vivir en la guerra y como bien lo dice esa frase de caj贸n que tanto se repite en este contexto "el primer muerto de la guerra es la verdad".
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