C贸mo resguardamos la privacidad en la era de Twitter
Para tratar de dar respuesta a esa pregunta esta semana quiero compartir con ustedes la reflexi贸n que hace sobre este tema mi colega Max Seitz, uno de los responsables de la publicaci贸n del contenido de 成人快手 Mundo.
Una vez m谩s las redes sociales, y en particular Twitter, se encuentran en el centro del debate sobre el derecho a la privacidad y esto tambi茅n plantea un desaf铆o para la cobertura de 成人快手 Mundo.
La discusi贸n tiene hoy su epicentro en el Reino Unido con ramificaciones en Estados Unidos. Una serie de brit谩nicos famosos han solicitado 贸rdenes judiciales para que la prensa no los identifique al publicar informaci贸n sobre esc谩ndalos personales como infidelidades y otros entretelones de su vida que quieren mantener para s铆.
La opci贸n de pedir las llamadas injunctions est谩 garantizada en la legislaci贸n brit谩nica.
Al evaluar si las conceden o no, los jueces deben sopesar dos derechos que muchas veces se contraponen: el de la privacidad de los individuos y el de la libertad de expresi贸n de los medios de comunicaci贸n.
Y 茅sta no es una decisi贸n f谩cil en un mundo que ha cambiado radicalmente con las redes sociales, donde la informaci贸n se propaga r谩pidamente y la aplicaci贸n de las normas parece m谩s complicada ya sea por vac铆os o nebulosas legales o porque las leyes han quedado rezagadas. As铆 hablamos del tema en 成人快手 Mundo.
El caso m谩s resonante y reciente en el Reino Unido es el de un conocido futbolista que aparentemente tuvo una relaci贸n extramatrimonial.
El jugador solicit贸 una orden judicial para que la prensa se abstuviera de nombrarlo al informar sobre el asunto. Los medios de comunicaci贸n -incluyendo la 成人快手- cumplieron, pero usuarios de Twitter decidieron dar su nombre y apellido sin reservas.
El futbolista no tard贸 en replicar: interpuso una demanda contra la red social en EE.UU., exigiendo que se borrara su nombre de las entradas. Pero en ese pa铆s Twitter est谩 protegido por una ley sobre libertad de expresi贸n (Freedom Act).
La red social no ha respondido oficialmente a este desaf铆o judicial y, entre tanto, el fen贸meno se ha vuelto imparable en ese sitio: m谩s de 65.000 internautas ya identificaron al jugador.
Portada del Sunday Herald
Y m谩s tarde, argumentando que no se puede encarcelar a todos los twitteros, un parlamentario nombr贸 al jugador haciendo uso de un privilegio legislativo que le permit铆a pasar por alto la orden del juez.
Aqu铆 se plantea una de las grandes discusiones: 驴acaso es m谩s dif铆cil imponer reglas a las redes sociales que a los medios de comunicaci贸n "tradicionales", que por lo general son multados cuando infringen una injunction?
Hay quienes se quejan de que en la blog贸sfera se puede decir cualquier cosa impunemente, mientras que en la prensa no.
Otros dicen que las redes sociales m谩s bien deber铆an ser consideradas como una conversaci贸n telef贸nica privada en la que las personas pueden rumorear libremente y que, en este sentido, difieren de los medios de comunicaci贸n.
John Hemming fue el parlamentario que nombr贸 al jugador.
La otra gran discusi贸n tiene que ver con la territorialidad.
Seg煤n admiti贸 el ministro brit谩nico de Cultura, Jeremy Hunt, el problema es que la injunction favorable al futbolista se emiti贸 en el Reino Unido y que, mientras los medios de comunicaci贸n interesados en publicar la historia se encuentran geogr谩ficamente en este pa铆s y pueden ser apercibidos por los tribunales locales, Twitter tiene su base en EE.UU., donde rigen otras normas y tienen jurisdicci贸n otras cortes.
Adem谩s, el especialista en temas de tecnolog铆a de 成人快手 Mundo, David Cuen, me comenta que Twitter podr铆a argumentar que la diseminaci贸n del nombre del jugador no es su responsabilidad, porque los internautas que se unen al sitio de microblogging aceptan t茅rminos y condiciones que incluyen el compromiso de no violar la ley.
驴Qu茅 puede hacer Twitter al respecto? 驴Entregar los nombres de los usuarios?
驴Pero no estar铆a violando de esta manera su derecho a mantener su identidad en reserva?
El debate parece interminable y si algo queda claro es que las redes sociales plantean un enorme reto para las actuales leyes sobre privacidad y su aplicaci贸n. Esto no s贸lo vale para el Reino Unido, sino tambi茅n para muchas otras partes del mundo.
Y mientras no se redefinan las legislaciones para adaptarlas a la nueva realidad de internet, 驴qu茅 pasa con la cobertura de 成人快手 Mundo?
La gu铆a de valores editoriales de la 成人快手 ofrece una respuesta sencilla: como tenemos nuestra sede en el Reino Unido, debemos atenernos a las normas de este pa铆s y a lo que decidan los tribunales brit谩nicos.
As铆 sucedi贸 con el caso del director-gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, como explicamos en la entrada anterior de este blog.
Incluso cuando no existe una orden judicial para preservar la identidad de una persona, la 成人快手 respeta la privacidad de los individuos sin importar el mundo en el que opera.
Para infringir este derecho tiene que haber una muy buena raz贸n, por ejemplo, cuando se trata de temas de inter茅s p煤blico tales como exponer o detectar cr铆menes y negligencia que puedan afectar la salud y la seguridad de la poblaci贸n.
Estos principios son simples, s铆, pero requieren una decisi贸n editorial dif铆cil, que debe ser bien pensada y argumentada.
Luego de estas reflexiones, les dejo el debate a ustedes, los lectores de 成人快手 Mundo.
ComentariosA帽ada su comentario
Antes que ingresar a una red social debemos de saber todo acerca de ella, es decir sus PRO y sus CONTRAS y si hemos optado por ingresar a una de ellas entonces seamos cautos a la hora de subir informaci贸n personal.Las redes sociales pueden servir para muchas cosas tanto buenas como malas pero no sabemos como utilizarlas.El riesgo son los menores de edad.
驴Como es posible, que haya gente que tiene que ventilar sus intimidades en las mal llamadas "redes sociales, y sobretodo, quienes son los imb茅ciles que est谩n pendientes de eso?
Afortunadamente... o lamentablemente, ese es el mundo "hipercomunicado" en el que vivimos. Lo que antes se conoc铆a como la "Aldea Global" ha venido a llamarse "El Globo Transparente". De ah铆 que el que no quiera que algo se sepa, pues que no lo haga, o que procure mantener su privacidad a prueba de tecnolog铆as, lo cual resulta imposible si se insiste en publicar datos 铆ntimos y luego exigir que nadie se haga eco de esas confesiones. Creo que las redes sociales se han adelantado a la declaraci贸n b铆blica: "El fin de todo el discurso o铆do es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traer谩 toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala" (Eclesiast茅s 12:13-14).
Omar Medina. Allentown, Pennsylvania, EE.UU.