Los temas, como los buses, llegan en pelot贸n y nos dejan sin saber cu谩l tomar.
Tenemos la transformaci贸n en la F贸rmula 1, que de repente queda a disposici贸n de Fernando Alonso, hasta hace unos d铆as candidato secundario.
Tenemos el desenlace de la crisis en el Manchester United, por un lado grotesco y por otro alentador, con Wayne Rooney jurando fidelidad por unos millones m谩s y la confirmaci贸n de Chicharrito Hern谩ndez como su posible reemplazante. Incre铆ble su primer gol ante el Stoke, con un cabezazo hacia atr谩s; el otro fue un zarpazo de oportunista.
(Sobre la saga de Rooney, aparte del blog pasado, tocamos el tema en otro espacio de 成人快手 Mundo, ver 补辩耻铆.)
Tenemos la r谩pida maduraci贸n del Real Madrid en la versi贸n futbol铆stica de una estampida de rinocerontes en el Serengueti. Ahora s贸lo queda rogar que el Bar莽a recupere el buen tono, para que la Liga sea realmente emocionante.
Y tenemos la sospecha, te帽ida de convicci贸n 补辩耻铆 y all谩, de que el esc谩ndalo por el proceso de selecci贸n de las sedes de los mundiales de 2018 y 2022 puede llegar a manchar reputaciones hasta ahora muy elevadas.
Se supone que la FIFA "investiga" las alegaciones del Sunday Times brit谩nico, que salpican a varios integrantes del comit茅 ejecutivo, que elegir谩 las sedes.
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Un consejo desinteresado: si usted es un dirigente o t茅cnico ambicioso, no trate de llevarse a Wayne Rooney a un nuevo h谩bitat en Madrid, Barcelona o Mil谩n.
Esta flor natural, cuyo nombre cient铆fico es pedicularis vulgaris, no se trasplanta: el ejemplar citado, tambi茅n conocido como Wayneri, apenas toler贸 el traslado desde su 谩mbito natural hasta Manchester, unos pocos kil贸metros en el mapa pero una inmensa distancia en el plano ecol贸gico.
En Old Trafford est谩n desesperados y ya no saben qu茅 hacer para rescatar la situaci贸n. Lo 煤nico cierto es que la relaci贸n entre los dos personajes m谩s importantes del Manchester United, el entrenador y el crack, parece destruida.
Siempre se ha dicho que Alex Ferguson es "como un padre para sus jugadores".
S铆, un padre, pero un padre padrone, un tirano que no tolera el menor desv铆o en la disciplina familiar.
El problema con un padre padrone es que no sabe reconocer cu谩ndo y c贸mo ceder ante un hijo rebelde al que ha acorralado con sus exigencias y reproches.
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"Mi mam谩 me ama, mi mam谩 me mima", es el recuerdo m谩s remoto del libro en el que aprend铆 a leer.
M谩s adelante hab铆a otra frase, m谩s complicada: "el jugador juega el juego", con el dibujo de un futbolista.
Y puestos a recordar hitos del aprendizaje, el paralelo adolescente del juego que juega el jugador es una idea de Bill Shankly que tiene como 50 a帽os: "El 茅xito est谩 en la mente. Debes creer que eres el mejor y luego asegurarte de serlo."
Una idea a la que luego dio un toque surrealista: "Y entonces le dije, escucha hijo, en realidad no te has quebrado la pierna: todo est谩 en la mente".
Bill Shankly, el gran viejo del Liverpool de los a帽os 60 y 70, tambi茅n acu帽贸 aquel c茅lebre aforismo: "Algunos creen que el 蹿煤迟产辞濒 es una cuesti贸n de vida o muerte, pero est谩n equivocados; es mucho m谩s importante que eso".
Tambi茅n fue de los primeros en reconocer el valor como himno deportivo de la canci贸n You'll Never Walk Alone (compuesta en 1945 por Rodgers y Hammerstein), que Anfield adopt贸 como propia en 1963.
Y se me ocurre este paralelo entre mi primera lectura infantil y una de mis primeras vivencias del 蹿煤迟产辞濒 europeo, porque me solidarizo con el dolor que siente mucha gente alrededor del mundo, por la congoja del club de Shankly.
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La posible relegaci贸n del Liverpool FC se abre paso en la imaginaci贸n del p煤blico ingl茅s, con una fuerza equivalente al peso de este club en la historia del 蹿煤迟产辞濒.
En la s茅ptima fecha de la Premier League, el equipo est谩 en el vag贸n de cola, con seis puntos ganados, fruto de una victoria y tres empates. No es consuelo que el West Ham y el Wolverhampton Wanderers est茅n un punto por debajo.
Ayer sufri贸 en Anfield la tercera derrota (un 2-1 ante el modest铆simo Blackpool) y el p煤blico adicto ya no pudo soportar la humillaci贸n: "隆Dalglish!, 隆Dalglish!, 隆Dalglish!..." cantaba, pidiendo el retorno del gran caudillo, siempre presente con su atisbo de sonrisa y su aspecto de gnomo, de guardi谩n de los trofeos.
Este es el peor comienzo de temporada del club desde 1953-54, cuando termin贸 en 煤ltima posici贸n y languideci贸 en la segunda divisi贸n durante ocho a帽os.
El club no tendr谩 con el flamante t茅cnico, Roy Hodgson, las contemplaciones que tuvo con el entrenador de aquellos d铆as, Don Welsh, quien sigui贸 al frente del equipo durante esa temporada funesta y la posterior, ya relegado.
Dalglish es sin贸nimo de 茅xito para el p煤blico de Anfield. Sus logros son fabulosos.
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