Hace una d茅cada lo normal era ir a la tienda de videos para poder alquilar una pel铆cula o serie de televisi贸n y disfrutarla en casa. Se rentaban DVD, unos a帽os atr谩s VHS y un poco m谩s atr谩s cintas Beta.
La libertad estaba en poder verla cuando a uno le ven铆a en gana, las restricciones eran m谩s. Hab铆a que cruzar los dedos para que el filme que uno quer铆a no hubiese sido alquilado, hab铆a que ir a la tienda y hab铆a que regresarla tras pocos d铆as u horas si no se quer铆a pagar un cargo.
Si lo que uno quer铆a era disfrutar de una serie de televisi贸n, las restricciones eran mayores. La selecci贸n era pobre y lo que se pod铆a conseguir era viejo. Pero incluso eso era mejor que esperar a que la televisora local decidiera programar una repetici贸n de un episodio. Eramos esclavos de las televisoras.
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A principios de 2013 Facebook sorprendi贸 al mundo tecnol贸gico anunciando un motor de b煤squeda dentro de su red social: Facebook Graph Search.
La herramienta apareci贸 en modo beta para un pu帽ado de usuarios e inicialmente s贸lo en Estados Unidos.
Tuve acceso a ella hace unos d铆as y quiero compartir con ustedes mis experiencias para que sepan lo que viene pronto a sus pa铆ses.
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Los c铆borg son seres humanos ficticios o hipot茅ticos cuyas habilidades f铆sicas se expanden gracias a la ayuda de la tecnolog铆a o de dispositivos mec谩nicos.
Acu帽ado en los a帽os 60, el t茅rmino mezcla lo cibern茅tico con lo org谩苍颈肠辞.
Los autores de ciencia ficci贸n imaginaban seres humanos semirob贸ticos con incre铆bles destrezas f铆sicas que llegar铆an en el futuro.
Pero gracias a Google, a la tecnolog铆a y a internet, los c铆borg est谩n aqu铆 y no en todos lados son bien recibidos.
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Cuando Adria Richards tom贸 una foto con su tel茅fono celular a un grupo de programadores en una convenci贸n tecnol贸gica, no imaginaba lo que iba a desatar.
En la fila de atr谩s de donde ella estaba sentada, un grupo de asistentes aparentemente brome贸 con palabras t茅cnicas usadas en una forma sexual.
A Richards le pareci贸 que lo dicho creaba una atm贸sfera hostil contra las mujeres programadoras. As铆 que tom贸 la foto de los bromistas y tuite贸 que no era "cool" hacer ese tipo de chistes sexuales detr谩s de ella.
Y entonces se desat贸 una historia de despidos, amenazas, anonimato, trolls y libertad de expresi贸n que sacudi贸 a las redes sociales.
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