"No es arte peque帽o el de dormir: para llegar a dominarlo hay que pasarse todo el d铆a despierto", Friedrich Nietzsche
A medida que la vida moderna avanza los seres humanos nos encontramos con m谩s ocupaciones y con menos horas de sue帽o.
Desde ni帽os o铆mos que hay que dormir ocho horas cada d铆a... pero conforme vamos creciendo parece que llegar a esa meta es cada vez m谩s complicado. Cuando logramos descansar los 480 minutos que nos recomendaron en la infancia nos sentimos afortunados.
Esto ha provocado un fuerte debate cient铆fico sobre cu谩ntas horas hay que dormir y cu谩les son las funciones del sue帽o.
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La red est谩 revolucionando el acceso al conocimiento. A nuestra disposici贸n abundan pixeles de informaci贸n en todos los temas y para todos los gustos. La salud es uno de ellos, pero es uno que cada vez m谩s llama la atenci贸n.
Esta semana el , una organizaci贸n independiente con sede en el Reino Unido alert贸 sobre los efectos que provoca el que cada vez m谩s personas consulten en l铆nea remedios a sus problemas de salud.
Seg煤n este organismo, en los 煤ltimos a帽os en territorio brit谩nico puede observarse un aumento en la compra de medicamentos por internet, una mayor oferta de pruebas m茅dicas en l铆nea (como resonancias magn茅ticas o tomograf铆as), y m谩s visitas al doctor por parte de pacientes preocupados de haber contra铆do alguna enfermedad de la que se enteraron por primera vez al navegar en internet.
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"Hace alg煤n tiempo hicimos un ejercicio en nuestra sala de redacci贸n", dijo el editor de un sitio de noticias canadiense a una audiencia de la 成人快手, entre la que se encontraba quien esto escribe.
"Le pedimos a nuestros periodistas que pronosticaran como iban a cambiar los medios de comunicaci贸n en 50 a帽os. La mayor铆a dijo que internet iba a ser m谩s importante que la televisi贸n y que los peri贸dicos iban a morir", prosigui贸.
"Despu茅s hicimos el mismo ejercicio con nuestros lectores. La diferencia fue muy grande. Para ellos los peri贸dicos iban a seguir siendo parte de su vida, e internet y la TV estar铆an a la par", concluy贸.
Los medios, parece ser, no siempre tenemos la raz贸n. Y si me esperan un poco les voy a decir, adem谩s, como es que internet nos pone a los periodistas cada vez m谩s al descubierto.
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Las notas musicales son una de esas cosas que saben adaptarse a la tecnolog铆a. En los a帽os ochenta, por ejemplo, poblaron los videos. Una d茅cada despu茅s se transformaron en discos compactos. A los pocos meses hab铆an evolucionado en MP3 y hoy son videojuegos.
Con un micr贸fono, cualquiera se convierte en la nueva encarnaci贸n de alg煤n cantante idolatrado. Una guitarra (o un dispositivo que se asemeje a una) nos hace formar parte de la alineaci贸n de alguna ilustre banda de rock.
Y mientras los jugadores participan en un concierto virtual, los creadores de esta industria reciben millonarias ganancias. En los 煤ltimos tres a帽os, t铆tulos como o -que adem谩s compiten el uno contra el otro- han generado m谩s de US$2.300 millones en ganancias a ritmo musical.
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La casa est谩 conectada. Navego en la cocina, leo mi correo electr贸nico en la sala, reviso noticias en la habitaci贸n, env铆o fotos en el comedor.
El ordenador es un simple almac茅n de archivos, no mi punto central de acceso a la red. Todo lo hago desde mi celular.
El peque帽o dispositivo es el centro de acceso a internet, de reproducci贸n de m煤sica y video, de trabajo, de comunicaci贸n y de informaci贸n.
Bienvenidos al 尘补帽补苍补. Adi贸s PC, hola celular.
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