Alfredo Guevara (Foto:Raquel P茅rez)
La primera vez que habl茅 con Alfredo Guevara fue reci茅n llegado a Cuba, all谩 en los inicios de los 90. Me hab铆a propuesto hacer un reportaje de televisi贸n sobre Fidel Castro y quer铆a entrevistar a quienes lo han conocido de cerca en diferentes etapas de su vida.
Eran los a帽os de los apagones y la electricidad se fue mientras sub铆amos en ascensor a su oficina en el edificio del instituto de cine. Quedamos detenidos entre dos pisos y nos toc贸 salir gateando por el pedazo de puerta que parec铆a m谩s grande.
Despu茅s de vernos caminar en cuatro patas el hielo se hab铆a roto y la entrevista se convirti贸 en una conversaci贸n informal. Sab铆a que hab铆an sido compa帽eros de universidades y aventuras pero aun as铆 me sorprendi贸 el desenfado con que hablaba de Fidel Castro.
Me cont贸 que convivir con su amigo era "insoportable" porque lo despertaba a media noche para discutir una idea que se le acaba de ocurrir, un nuevo proyecto o alg煤n tema candente. Y a esa hora espera que uno lo escuche atentamente y le responda con coherencia.
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Redujeron el n煤mero de bur贸cratas a la mitad, bajaron dr谩sticamente el presupuesto de gastos administrativos, convirtieron en viviendas decenas de locales ocupados por oficinas y centralizar谩n en un solo edificio todos los tr谩mites legales de la poblaci贸n.
Solo por estas cosas ya vale la pena pensar la posibilidad de permutar la casa para la provincia de Artemisa, un laboratorio donde el gobierno de Ra煤l Castro prueba una forma de organizaci贸n de la administraci贸n p煤blica menos burocr谩tica, m谩s eficiente y barata.
Lo que ocurre en esa regi贸n, lim铆trofe con La Habana, es que se ha constituido un verdadero gobierno provincial con poder y presupuesto para operar de acuerdo a las prioridades y necesidades de la poblaci贸n del propio territorio.
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El viaje de Beyonc茅 a Cuba fue todo
un acontecimiento, a pesar del pedido de discreci贸n por parte de la cantante. En La Habana no se hablaba de otra cosa, que la vieron paseando por Obispo, que fue a comer a La Guarida o que la sacaron por la puerta trasera de una galer铆a de arte.
Mientras, en Estados Unidos los exiliados m谩s radicales y sus representantes en el Congreso comenzaron a amenazar con aplicarle todo el peso de la ley si descubr铆an que la cantante hab铆a visitado Cuba sin el permiso de viaje que deben solicitar a su gobierno los estadounidenses.
En medio de ese run-run aqu铆 y all谩 me llam贸 Aquino, el director de la 脫pera de la Calle, para informarme que reabrir铆an su local porque Beyonc茅 solicit贸 ver el espect谩culo. Me pidi贸 mucha discreci贸n porque no quer铆a tumultos, solo ser铆amos un reducido grupo de invitados.
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Leo en la prensa que Cuba ya cumpli贸 los "Objetivos del Milenio", aquellos que la ONU se puso como meta para el a帽o 2015. No le presto demasiada atenci贸n, supongo que se trata del optimismo que caracteriza a los medios oficiales.
Sin embargo, d铆as despu茅s me caen en las manos declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas al respecto y me despierta la curiosidad. Me tomo entonces el trabajo de pasar a Cuba por el filtro de esos objetivos.
Trato de ir m谩s all谩 de las estad铆sticas oficiales y encuentro que UNICEF asegura que en Cuba no hay desnutrici贸n infantil, lo cual es un s铆ntoma inequ铆voco de la contenci贸n del "hambre o pobreza extrema", el primero de los Objetivos del Milenio.
Mis caminatas por el campo me han llevado a conocer cubanos que viven sin electricidad y he visitado m谩s de un barrio de chabolas, pero debo reconocer que nunca vi la miseria de los cantegriles de Uruguay, de las comunidades mayas de M茅xico o de las calles de R铆o.
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