Est谩 sabrosa, esta Dos jornadas, dos sorpresas de las gordas.
Bueno, esto de sorpresa es relativo, claro, porque ya hace tiempo que Uruguay no refleja colectivamente la calidad de sus individuos, mientras que a M茅xico se le est谩 haciendo una costumbre el placer de fastidiar a Brasil.
A las dos sorpresas gordas (, ) seguir谩n otras, sin duda, porque as铆 es (o deber铆a ser) la esencia de las cosas: los torneos no se organizan para el placer exclusivo de los poderosos, sino tambi茅n para dar al resto la oportunidad de retorcerle la cola al tigre.
Todos sabemos que en deporte existen dos realidades: la realidad de los resultados y la realidad virtual de la interpretaci贸n de esos resultados.
La televisi贸n es, al mismo tiempo, creadora y adoradora de la realidad virtual. La victoria de M茅xico, que en Am茅rica Latina parece tan excitante, en Europa se convierte en humillaci贸n de Brasil, con fatales consecuencias para los ratings.
La televisi贸n quiere a Brasil en la final, la quiere con la intensidad de un novio.
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sigue siendo el dios de la lluvia y su templo es Wimbledon. Junio es el mes de los sacrificios, y este a帽o se presenta particularmente propicio.
Los aztecas trataban de apaciguarlo ofrend谩ndole las l谩grimas de los ni帽os sacrificados. Los brit谩nicos, menos crueles, m谩s convencionales, le ofrecen el tedio perfecto de una muchedumbre viendo llover, y llover, y otra vez鈥
El pron贸stico de los pr贸ximos d铆as es sombr铆o. Los meteor贸logos nos dicen que estamos en medio de un 鈥渕onz贸n brit谩nico鈥 particularmente severo, tal vez m谩s que el de 1922, cuando llovi贸 todos los d铆as y el torneo se extendi贸 hasta el mi茅rcoles de la tercera semana.
Se dice que cuando Tlaloc est谩 irritado . Esto es de mal ag眉ero para Roger Federer y Justine Henin. Quedar铆an como ganadores naturales, entonces, Rafael Nadal y Serena Williams.
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El Barcelona se , porque no se esfuerza lo suficiente, es gru帽贸n y no contribuye a la unidad del equipo. Al mismo tiempo, quiere contratar a , el del eterno lumbago, un hombre que no se esfuerza demasiado y vive refunfu帽ando y quej谩ndose de todo.
El Real Madrid despidi贸 a varios entrenadores porque no eran capaces de inyectar el esp铆ritu ganador en los gal谩cticos, y ahora quiere despedir tambi茅n a Fabio Capello, el t茅cnico m谩s ganador, que le ha dado el t铆tulo.
Lo reemplazar谩 , por ahora del Getafe, que todav铆a no ha ganado mucho pero promete buen juego y garantiza el 茅xito. O eso nos dicen.
Esta gente juega con el rev贸lver cargado, como Robert De Niro en El cazador.
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hizo birdie en el hoyo 15 y le entraron los nervios. No hay nada como la inminencia del 茅xito para poner a prueba el temple de un deportista. Y Cabrera no estaba seguro de su verdadera condici贸n.
驴Era un campe贸n o simplemente un buen golfista? El hombre trag贸 saliva, pens贸 en el tigre que lo persegu铆a y temi贸 lo peor. La angustia le hizo perder dos golpes en los hoyos 16 y 17, pero se repuso y salv贸 el par en el 18, para una vuelta de 69 golpes, uno bajo el par de la cancha.
Fue suficiente. Con su victoria en el , Cabrera resolvi贸 su duda existencial y se convirti贸 en el segundo golfista argentino en ganar un torneo major (de Grand Slam), 40 a帽os despu茅s de la haza帽a de en el Abierto Brit谩nico.
En su marcha hacia el triunfo, los deportistas suelen enfrentar dos grandes desaf铆os, dos espectros paralizantes: el de la derrota y el de la victoria.
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El 蹿煤迟产辞濒 ingl茅s tiene tanto dinero que el m谩s pobre de los clubes de la es m谩s rico que muchos grandes de otros pa铆ses ricos.
Los ingresos de la liga inglesa representan la cuarta parte de los ingresos totales de todos los mercados europeos, seg煤n el informe del Sports Business Group de , la empresa contable inglesa.
Y la diferencia se est谩 acentuando a ritmo de pasodoble. La televisi贸n es la fuente principal, claro. El nuevo contrato prev茅 que el campe贸n en 2007/2008 recibir谩 100 millones de d贸lares, en comparaci贸n con los 60 millones que acaba de embolsarse el Manchester United esta temporada.
Tener mucho dinero no significa que las cuentas cuadren, sin embargo. Por lo menos 11 clubes de la Premier League tienen deudas netas de m谩s de 20 millones de d贸lares, pero un buen empresario nos dir谩 que sanear una empresa de elevados ingresos es mucho m谩s f谩cil y redituable que sanear otra de bajos ingresos.
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Las grandes emociones deportivas son como los buses: esperamos una en vano por a帽os, y de repente llegan varias juntas, en manada, en caravana.
El desenlace de la Liga de Campeones Europeos fue una desilusi贸n, pero nos est谩 dando uno de los finales m谩s emocionantes en d茅cadas, con un Bar莽a que regala su t铆tulo en los 煤ltimos minutos de cada partido y un Real Madrid que lo reclama, marcando en tiempo de descuento.
Los 18 segundos en que el Barcelona pas贸 de encabezar la tabla con tres puntos de ventaja a quedar segundo, detr谩s del Madrid, quedar谩n en la historia como el momento m谩s intenso en la historia del 蹿煤迟产辞濒 espa帽ol.
Y todav铆a no llegamos a Lewis Hamilton.
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se va al Galaxy, emigra al Fenerbah莽e. Dos grandes veteranos, malqueridos por un sector de la afici贸n (o la dirigencia) del Real Madrid, ponen fin a su ciclo en tono alto, como conviene a su talento y prestigio.
Estados Unidos y Turqu铆a son destinos menos exigentes, convenientes para estrellas que han perdido energ铆as, pero ellos se van dando un portazo.
El desquite de Beckham ha sido el m谩s sabroso. El presidente Calder贸n dijo que eray el t茅cnico Capello asegur贸 que no volver铆a a jugar en su equipo. Los dos se equivocaron. Beckham ha vuelto a ser una pieza fundamental en el cierre de la campa帽a del Real Madrid y tambi茅n en el seleccionado ingl茅s, cuyo entrenador lo hab铆a menospreciado.
El despliegue de orgullo y determinaci贸n de Beckham despert贸 a Roberto Carlos de su letargo, y 茅l tambi茅n ha hecho aportes importantes en los 煤ltimos partidos, coincidiendo con la recuperaci贸n del equipo.
Beckham tiene una personalidad transparente, mientras que Roberto Carlos es opaco, escamoteador.
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Los , campeones del oeste, y los , del este, se enfrentar谩n a partir del jueves en la , al mejor de siete partidos.
Trat谩ndose de baloncesto, un deporte cuya imagen gira alrededor de la televisi贸n (mucho m谩s que el 蹿煤迟产辞濒, ya que los estadios son m谩s peque帽os), los clich茅s est谩n a la orden del d铆a.
Unos dicen que ser谩 el enfrentamiento entre el heredero de Michael Jordan (, de los Cavaliers) y el jugador de mejor trayectoria de los 煤ltimos a帽os (, de los Spurs). La comparaci贸n con Jordan es rid铆cula: como en el caso de buenos futbolistas de hoy con Pel茅 o Maradona, las semejanzas desaparecen cuando uno echa una buena mirada.
La adulaci贸n a LeBron pareci贸 justificarse el jueves pasado, en el quinto partido de la final de la conferencia este (la serie se extendi贸 a seis, 4-2 favorable a los Cavaliers), cuando virtualmente 茅l solo despach贸 a los , con 48 puntos, nueve rebotes y siete asistencias. El t茅cnico de los Cavaliers qued贸 tan impresionado que bes贸 a LeBron en la frente.
Y ahora los comentaristas hacen lo mismo: lo besan y lo ungen con el ung眉ento de Jordan.
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