Entre p铆caros y c铆nicos, las formas de trampear en NASCAR
En los d铆as malos, de esos que todos tenemos (si hasta el gran tenor peruano dej贸 escapar un gallo el a帽o pasado), es dif铆cil refutar al c铆nico, para quien la importancia de un acontecimiento deportivo se mide por la cantidad de tramposos que participan.
Muchos p铆caros, gran importancia; pocos tramposos, ninguna importancia.
(Para el c铆nico, el d铆a en que el se quede sin tramposos, no llamar谩 la atenci贸n de nadie y caer谩 en el olvido. 驴T煤 est谩s de acuerdo?)
El fin de semana pasado, nada menos que fueron sancionados antes de la largada de las , la prestigiosa carrera que abre la temporada de la del automovilismo de Estados Unidos. Este es un n煤mero r茅cord de p铆caros para una sola carrera.
De p铆caros descubiertos, claro est谩, porque de los otros no sabemos.
En los 煤ltimos a帽os los aficionados al deporte nos hemos enterado de mil detalles sobre el , pero no abunda la informaci贸n sobre los trucos utilizados en el automovilismo.
Lo interesante del caso es que, al parecer, las formas de trampear en una actividad tan complicada como el automovilismo son relativamente pocas.
Bien mirado, el dopaje de los seres humanos tambi茅n se reduce a dos o tres trucos: aumentar el tama帽o y/o la potencia de los m煤sculos, por un lado, e incrementar la capacidad de la sangre para oxigenar los tejidos, por el otro.
Casi toda la farmacopea de los tramposos est谩 compuesta de sustancias destinadas a ese objetivo b谩sico: mayor potencia y/o resistencia, menor tiempo de recuperaci贸n y por consiguiente m谩s tiempo para entrenar.
En las m谩quinas, el objetivo equivalente consiste en obtener m谩s potencia y/o velocidad, mejor rendimiento aerodin谩mico y mejor aprovechamiento del combustible.
Y dado que las m谩quinas son m谩s simples que el organismo humano, y que es mucho m谩s f谩cil comprobar su funcionamiento, las formas de trampear son m谩s f谩ciles de imaginar y por consiguiente detectar. O eso nos dicen.
En el caso de las 500 de Daytona, un par de coches ten铆an respiraderos mal cubiertos, para mejorar el rendimiento aerodin谩mico; otros dos ten铆an agujeros perforados cerca del aler贸n trasero, tambi茅n para facilitar el flujo del aire.
El 煤nico preparador sancionado el a帽o pasado hab铆a apelado a otro truco muy simple y conocido: un dispositivo para abrir y cerrar las ventanillas del coche durante la carrera.
En , las reglas exigen que las ventanillas est茅n abiertas durante la carrera, por razones de seguridad (en caso de accidente, una ventanilla cerrada puede costarle la vida al piloto). Con las ventanillas cerradas mejora el perfil aerodin谩mico, de modo que el p铆caro inventa formas de cerrarlas cuando los inspectores no miran.
El tercer truco en NASCAR es aumentar la capacidad de carga de combustible. El reglamento impone un m谩ximo de 22 galones, de modo que una soluci贸n simple, y elegante, consiste en aumentar la capacidad de la ca帽er铆a que llega al motor: mediante curvas y espirales, se puede almacenar un par de galones m谩s.
Los expertos consultados por , s贸lo pudieron mencionar otros tres procedimientos: alterar maliciosamente el perfil o la altura de los alerones, manipular el dispositivo reglamentario que limita la cantidad de aire que llega al carburador y modificar la composici贸n qu铆mica del combustible, para hacerlo m谩s 鈥減icante鈥.
Todo esto deber铆a ser f谩cilmente detectable, dado cierto nivel de eficiencia en la inspecci贸n.
De cualquier modo, como sabemos todos los que jugamos alguna vez a polic铆as y ladrones, los p铆caros casi siempre tienen la iniciativa.
Ahora nos dicen que los ingenieros est谩n desarrollando materiales especiales para los alerones, que a cierta velocidad cambian de perfil. De este modo se aumenta la carga aerodin谩mica sobre el suelo, o sea la adherencia.
Al disminuir la velocidad, con menor presi贸n de aire, el aler贸n recupera su forma original y el inspector lo da por bueno.
O eso creen los p铆caros. Y los c铆nicos.
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